Las terapias vibracionales son recursos terapéuticos que se utilizan para corregir trastornos en el cuerpo físico, mental, emocional, energético y espiritual.

El principio básico de las terapias vibracionales es que nuestro cuerpo, a pesar de estar en estado de materia, también es una forma de energía, es decir, la disposición molecular del cuerpo físico es una compleja red de campos de energía e información totalmente entrelazados.

El cuerpo humano está formado por frecuencias que forman un campo equilibrado cuando la persona está sana. Las vibraciones del cuerpo se desfasan fácilmente cuando, por ejemplo, la persona siente estrés físico o emocional y no sabe cómo manejarlo de manera saludable.

“Las personas sanas resuenan en un rango entre 62 y 68 megahercios (MHz). Las personas enfermas vibran entre 20 y 62 MHz. Cuando contrae un simple resfriado, su tasa de vibración cae a 58 MHz. En presencia de cándida (una candidiasis sistémica), la vibración es de 52 MHz; en el caso del cáncer, 42 MHz. Una vez que comienza el proceso de muerte, la frecuencia desciende a 20 MHz. Los pensamientos negativos pueden reducir la frecuencia del cuerpo en solo tres segundos. Los pensamientos positivos logran elevar esta frecuencia al nivel ideal en 21 segundos ”.

Por tanto, las terapias vibracionales tienen como objetivo tratar las vibraciones que ayudarán a todos los cuerpos a recuperar su sana resonancia armónica.

De las muchas técnicas experimentadas y aprendidas, elegí 3 principales para ofrecer como herramientas para la alineación energética y la restauración vibratoria del individuo.

Son ellas: Reiki, Tame y Aromaterapia y en el menú las describo individualmente.

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